Hay momentos durante el año en que esta tarea se complica. El inicio del verano y del calor suelen ser momentos clave en la gestión del agua.
Cuando se juntan factores como pueden ser los riegos intensivos para proteger los cultivos, o la llenada de piscinas para inaugurar la temporada de baño, se genera lo que técnicamente se llama estrés hídrico.
El estrés hídrico no es más que poner al límite nuestros recursos de agua. Cuando hay una gran demanda en un momento relativamente corto, las captaciones deben explotarse 24 horas al día. Los pozos no tienen tiempo para recuperarse y, como consecuencia, sus caudales de extracción disminuyen.
A escala individual todos podemos hacer algo. Acciones como, por ejemplo, llenar la piscina un poco cada día, puede ayudar a que la gestión de un bien común como el agua sea más eficiente.
¿Cómo lo ves? ¿Se te ocurre alguna manera de colaborar en la sostenibilidad en estos días más críticos?
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