Un plan de este tipo es una herramienta clave para la planificación del uso eficiente del agua, puesto que dota a los municipios de la capacidad de gestionar correctamente el servicio del abastecimiento de agua.
El plan director describe la situación actual de la red de agua y también la previsible evolución futura de su demanda, junto con las condiciones de su caudal y calidad, para determinar tanto las actuaciones necesarias a realizar como también el origen de los recursos para cubrir sus costes.
Un buen plan debe contener la descripción de las infraestructuras y del funcionamiento existente y también debe realizar un diagnóstico del estado actual y futuro según el crecimiento urbanístico previsto en cada municipio.
A partir de este plan se pueden proponer actuaciones de mejora de la eficiencia y de los servicios y también plantear un calendario para su aplicación.
Prodaisa: ¡comprometidos con el ciclo del agua!